EL MAGO DE OZ
En una granja de Kansas,
mientras Dori se paseaba con su perrito Totó, un fuerte ciclón se los
llevó por los aires hasta el país de Oz.
La Bruja del Norte les dijo que
sólo el Mago de Oz sabía el modo de regresar a su país. Por el
camino, encontraron un espantapájaros que les quiso
seguir.
Mas adelante, un leñador de
hojalata les explicó que deseaba tener un corazón para amar y se unió a ellos
para acompañarles.
Algo después, un león cobarde
les confesó que necesitaba tener valor para ser el rey de la selva y
también se unió a ellos.
Los cinco amigos siguieron el
Camino Dorado en busca de la Ciudad Esmeralda, donde vivía el
Mago. Al cabo de unos días de andar y pasar
aventuras, divisaron a lo lejos el Castillo Esmeralda, de color
verde. Cada
uno expuso al Mago su deseo: volver a Kansas; tener cerebro en lugar de serrín;
un corazón para amar y valor para ser rey.
-Con una condición: tenéis que
matar a la Bruja del Oeste -que le estaba
escuchando-.
La malvada Bruja se abalanzó
sobre nuestros amigos, pero tropezó con un pozal de agua, lo único que podía
destruirla, y murió.
Al instante se les apareció la
buena Bruja del Sur que les concedió a cada uno lo que tanto deseaban. A Dori,
además, le reveló un secreto:
-Cuando salgas de la Ciudad
Esmeralda, tienes quedar tres golpes con los tacones y volverás a tu país. Y
así
fue.
Cuento clásico
PRUEBA DE COMPRENSIÓN
¿Quién fue el primero que les acompañó?
¿Dónde vivía el mago?
¿A quién tenían que matar?
¿Con qué tropezó la Bruja?